Petroset, que en 2010, se convirtió en la primera gasolinera“lowcost” deTerrassa, ha abierto una nueva etapa con el objetivo de expandir este modelo de negocio en régimen de franquicias. Los hermanos Joan y Jordi Roset, propietarios de esta empresa, han cambiado la imagen de la estación, además del nombre, que pasó a ser a principios de año Petro Low Cost, ya que “refleja muy bien el modelo de negocio, que no es otro que la gasolina barata”, dice Joan Rosset. Desde que inauguraron la estación, en abril de 2010, la demanda ha ido al alza y han sido muchas personas, de toda la geografía del Estado, las que se han puesto en contacto con la empresa para conocer la posibilidad de abrir estaciones de este tipo. De ahí, la idea de crecer con franquicias. “Actualmente, - comenta-, tenemos cinco surtidores dobles, que pueden suministrar carburante a diez coches a la vez”. Empezaron con sólo uno y han tenido que ir ampliando el servicio para evitar las colas de vehículos esperando para repostar. La acogida fue tan buena que hace alrededor de un año ampliaron la estación (situada en la carretera de Montcada 668, cruce con la avenida del Vallès) hacia unos terrenos situados en esa avenida. La empresa abrirá, en un plazo de unos dos meses, un segundo punto de servicio propio en Montcada. Sin embargo, considera que la franquicia es el sistema adecuado para expandir el negocio, ya que crecer con centros propios “no es fácil” debido, no sólo a la inversión que se requiere, sino también a las dificultades de encontrar terrenos adecuados que la normativas urbanísticas municipales permitan abrir un negocio de este tipo. “Cuando abrimos aparecimos en numerosos medios de comunicación. Mucha gente de toda España nos ha buscado en internet para preguntarnos si éramos una franquicia”, dice este empresario. Actualmente, acumulan peticiones provenientes de puntos tan diversos como Cádiz, Burgos, La Rioja y Las Palmas, para obtener una franquicia de Petro LowCost. En algunos casos, los contactos están muy avanzados, tanto que la empresa prevé acabar este año con cuatro estaciones franquiciadas, además de la propia de Montcada. En algunos casos, se trata de personas que ofrecen un terreno apto y sólo desean arrendarlo a un empresario para que tire adelante el negocio.

Inversión necesaria

La inversión para instalar la gasolinera, al margen del terreno, es a partir de los trescientos mil euros (en función de los surtidores) y se calcula que la operación se amortiza en el plazo de unos cuatro años. La empresa ha llegado a un acuerdo con una entidad bancaria que ofrecerá facilidades financieras a los nuevos franquiciados, ya que ha considerado “muy interesante” la propuesta de Petro LowCost y su modelo de negocio. “El “know how” (saber hacer)_ no es exclusivo nuestro pero sí que podemos aportar una experiencia ya de dos años”, dice Joan Rosset. Las estaciones están totalmente automatizadas; permiten pagar con tarjeta (cada surtido tiene su propio tarjetero) y en efectivo (con el importe exacto). “El precio al que compramos el carburante es muy similar al de otras gasolineras. Nuestro secreto es reducir al mínimo los costes de la empresa, hasta el punto de no tener personal, ocupar el espacio físico justo y aprovechar al máximo las ventajas del proceso de automatización de la gestión”. A nivel informático y telemático, la empresa tiene su propio programa, que lo ha ido perfeccionando, tanto que “alguien podría instalar una gasolinera en Cádiz y nosotros controlar todos los procesos desde Terrassa”. No obstante, la idea es que cada franquiciado gestione su propio negocio. Para ello, ofrecerán cursos de formación para los nuevos colaboradores. Precisamente, una de las ventajas que se pretende extraer de la expansión mediante franquicias es la posibilidad de establecer un grupo de compra para poder adquirir el carburante más barato.

Cliente de todo tipo y condición

 Los carburantes, y con ellos las gasolineras, son un producto de consumo transversal y difícilmente se puede dibujar un cliente tipo de una estación de bajo coste, una opción que gana adeptos por la situación económica. “Nos viene todo tipo de público, dice Joan Rosset, desde personas que ponen cinco euros, e incluso, que viene varias veces al día, como el caso de un cliente que se dedica a recoger cartones con una furgoneta, a gente que sube por la avenida del Vallès en dirección a Matadepera y se para por nuestra oferta “low cost”. Sí hay un tipo de cliente que agradece especialmente que la estación ofrezca un servicio totalmente automatizado: son las madres que llevan a sus hijos en el coche. “Pueden repostar sin alejarse del vehículo, con lo que se evitan tener que sacar a los niños para ir a la caja o dejarlos encerrados unos minutos”, concluye Rosset.

Joan Rosset, que junto a su hermano Jordi es propietario de PetroLowCost, que ha iniciado su expansión. A. TALLÓN